Si te dedicas a la educación en tecnologías en un telecentro o aula TIC, o si eres profesor(a) de la asignatura de Tecnologías en Educación Secundaria, te habrás dado cuenta de que se han puesto de moda las siglas en inglés STEM o STEAM. Las competencias STEAM son los conocimientos, habilidades y actitudes que son propios de las ciencias (S), la tecnología (T), las ingenierías (E), las artes (A) y las matemáticas (M).
Los Estados miembros deben contribuir al desarrollo de las competencias clave prestando especial atención a, entre otras, fomentar la adquisición de competencias en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), teniendo en cuenta su vínculo con las artes, la creatividad y la innovación.
Recomendaciones de la Comisión Europea sobre las Competencias clave para el aprendizaje permanente (2018)
En la educación tecnológica, como en otros ámbitos, surgen a veces textos normativos, informes o recomendaciones que, aunque son largos y tediosos de leer, contienen aportaciones muy interesantes que ojalá se difundieran más y se practicaran más en los espacios educativos. Y este es un ejemplo:
El pasado mes de mayo la Comisión Europea publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea C189/1 las recomendaciones para los Estados respecto a las Competencias clave para el aprendizaje permanente. Este marco proporciona una herramienta de referencia europea para los responsables de la formulación de políticas, los proveedores de educación y formación, el personal docente, los orientadores, los empleadores, los servicios públicos de empleo y los propios alumnos. Al mismo tiempo, el desarrollo de competencias constituye uno de los objetivos para:
Aprovechar plenamente el potencial de la educación y la cultura como motor para la creación de empleo, la justicia social y la ciudadanía activa.
Cabe resaltar que su finalidad es triple, pues muchos son los programas y currículos que se centran en formar trabajadores para el empleo, dejando de lado la necesidad de nuestra sociedad de formar personas libres y responsables capaces de garantizar la justicia social y el ejercicio de una ciudadanía activa.
En este artículo realizamos un resumen de lo que son las competencias clave, de cómo se definen aquellas competencias relacionadas con el aprendizaje de la tecnología, así como de aquellas actitudes y capacidades que nos parecen más relevantes para una Educación Digital Crítica.
¿Qué son las competencias clave?
Las competencias clave son una combinación de conocimientos, capacidades
y actitudes, en las que:
- los conocimientos se componen de hechos y cifras, conceptos, ideas y teorías que ya están establecidos y apoyan la comprensión de un área o tema concretos;
- las capacidades se definen como la habilidad para realizar procesos y utilizar los conocimientos existentes para obtener resultados;
- las actitudes describen la mentalidad y la disposición para actuar o reaccionar ante las ideas, las personas o las situaciones.
Las competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, su empleabilidad, integración social, estilo de vida sostenible, éxito en la vida en sociedades pacíficas, modo de vida saludable y ciudadanía activa. Estas se desarrollan con una perspectiva de aprendizaje permanente, desde la primera infancia hasta la vida adulta, y mediante el aprendizaje formal, el no formal y el informal en todos los contextos, incluidos la familia, el centro educativo, el lugar de trabajo, el entorno y otras comunidades.
Entre las competencias clave se integran capacidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el trabajo en equipo, las capacidades de comunicación y negociación, las capacidades analíticas, la creatividad y las capacidades interculturales.
Recomendaciones relevantes para la educación en tecnologías
Se recomienda por ejemplo contribuir al desarrollo de las competencias clave prestando especial atención, entre otras, a:
- Elevar el nivel de adquisición de las capacidades básicas (lectoescritura, cálculo y capacidades digitales básicas);
- Aumentar el nivel de competencia personal, social y de aprender a aprender para mejorar una gestión de la vida orientada al futuro y saludable;
- Fomentar la adquisición de competencias en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), teniendo en cuenta su vínculo con las artes, la creatividad y la innovación, y motivar a los jóvenes, en especial las chicas y las mujeres jóvenes, a que opten por carreras profesionales en estos ámbitos.
- Ampliar y mejorar el nivel de competencias digitales en todas las fases de la educación y la formación, así como en todos los segmentos de la población;
- Reforzar la adquisición de competencias ciudadanas para concienciar sobre valores comunes, a que se hace referencia en el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea y en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Aquí vemos como las competencias STEM se plantean relacionadas de algún modo con las artes, aunque el vínculo queda sin un mayor desarrollo en este texto. Nosotras por ejemplo, utilizamos las artes como el teatro y la danza como formas de abordar conceptos abstractos sobre Internet, programación o para sensibilizarnos ante la violencia online, es decir, que las artes forman parte de nuestra metodología de aprendizaje y como tales, el alumnado aprende de artes al tiempo que aprende de tecnologías.
Estas competencias clave no se piensan separadas sino que están estrechamente relacionadas unas con otras, y el verdadero reto supone atender a varias de ellas de manera combinada. A continuación desglosamos las competencias más cercanas a la educación tecnológica, las que forman parte de las STEM:
La competencia matemática
La competencia matemática es la habilidad de desarrollar y aplicar el razonamiento y la perspectiva matemáticos con el fin de resolver diversos problemas en situaciones cotidianas. Basándose en un buen dominio del cálculo, el énfasis se sitúa en el proceso y la actividad, así como en los conocimientos. La competencia matemática entraña —en distintos grados— la habilidad y la voluntad de utilizar modos matemáticos de pensamiento y representación (fórmulas, modelos, construcciones, gráficos y diagramas).
Las personas deben contar con las capacidades necesarias para aplicar los principios y los procesos matemáticos básicos en situaciones cotidianas de la vida privada y profesional (por ejemplo, capacidades financieras), así como para seguir y evaluar cadenas argumentales. También deben ser capaces de razonar matemáticamente, comprender una demostración matemática y comunicarse en el lenguaje matemático, así como de utilizar las herramientas de ayuda adecuadas, incluidos datos estadísticos y gráficos, y para comprender los aspectos matemáticos de la digitalización.
Una actitud positiva en matemáticas se basa en el respeto de la verdad y en la voluntad de encontrar argumentos y evaluar su validez.
La competencia en ciencia
La competencia en ciencia alude a la habilidad y la voluntad de explicar el mundo natural utilizando el conjunto de los conocimientos y la metodología empleados, incluidas la observación y la experimentación, con el fin de plantear preguntas y extraer conclusiones basadas en pruebas.
Por lo que respecta a la ciencia, los conocimientos esenciales comprenden el conocimiento de los principios básicos de la naturaleza, de los conceptos, teorías, principios y métodos científicos fundamentales. Las capacidades incluyen comprender la ciencia como proceso para la investigación por medio de metodologías específicas, con inclusión de la observación y los experimentos controlados, la habilidad de utilizar el pensamiento lógico y racional para verificar hipótesis y la voluntad de desprenderse de las propias convicciones cuando contradicen el resultado de nuevos descubrimientos experimentales. Asimismo, las personas deben ser capaces de reconocer los rasgos esenciales de la investigación científica y poder comunicar las conclusiones y el razonamiento que les condujo a ellas.
Las competencias en tecnología e ingeniería
Por competencias en materia de tecnología e ingeniería se entiende la aplicación de los conocimientos y metodología de la ciencia en respuesta a lo que se percibe como deseos o necesidades humanos. La competencia en ciencia, tecnología e ingeniería entraña la comprensión de los cambios causados por la actividad humana y la responsabilidad de cada individuo como ciudadano.
Por lo que respecta a la ciencia, la tecnología y la ingeniería, los conocimientos esenciales comprenden el conocimiento de la tecnología y los productos y procesos tecnológicos, así como una comprensión de la incidencia que tienen en general la tecnología, la ingeniería y la actividad humana en la naturaleza. Ulteriormente, estas competencias deberán permitir a las personas comprender mejor los avances, las limitaciones y los riesgos de las teorías científicas, las aplicaciones y la tecnología en las sociedades en general (en cuanto a la toma de decisiones, los valores, las cuestiones morales, la cultura, etc.).
Las capacidades en tecnología se refieren a la habilidad para utilizar y manipular herramientas y máquinas tecnológicas, así como datos científicos con el fin de alcanzar un objetivo o llegar a una decisión o conclusión basada en pruebas.
Esta competencia precisa una actitud de juicio y curiosidad críticos, una inquietud por las cuestiones éticas y el respaldo a la seguridad y la sostenibilidad medioambiental, en particular por lo que se refiere al progreso científico y tecnológico en relación con uno mismo, con la familia, con la comunidad y con los problemas globales.
La competencia digital
La competencia digital implica el uso seguro, crítico y responsable de las tecnologías digitales para el aprendizaje, en el trabajo y para la participación en la sociedad, así como la interacción con estas. Incluye la alfabetización en información y datos, la comunicación y la colaboración, la alfabetización mediática, la creación de contenidos digitales (incluida la programación), la seguridad (incluido el bienestar digital y las competencias relacionadas con la ciberseguridad), asuntos relacionados con la propiedad intelectual, la resolución de problemas y el pensamiento crítico.
Las personas deben comprender cómo las tecnologías digitales pueden favorecer la comunicación, la creatividad y la innovación, y estar al corriente de las oportunidades, limitaciones, efectos y riesgos que plantean. Deben comprender los principios generales, los mecanismos y la lógica subyacentes a la evolución de las tecnologías digitales, y conocer la función y el uso básicos de los distintos dispositivos, el software y las redes. Las personas deben tener una visión crítica de la validez, la fiabilidad y el impacto de la información y los datos obtenidos por medios digitales, y ser conscientes de los principios legales y éticos que implican el uso de las tecnologías digitales.
La interacción con las tecnologías y los contenidos digitales requiere una actitud reflexiva y crítica, aunque curiosa, abierta y avanzada respecto a su evolución. También necesita adoptar un planteamiento ético, seguro y responsable del uso de estas herramientas.
Y tres competencias complementarias
De las 8 competencias clave, parece importante resaltar que hay tres especialmente importantes a tener en cuenta como parte de un desarrollo personal más amplio del alumnado de tecnologías. Un enfoque que busque contribuir a la justicia social y la ciudadanía activa, también en el ámbito tecnológico, necesita desarrollar planes y metodologías capaces de integrar el desarrollo de estas tres competencias con las anteriores:
- La competencia personal, social y de aprender a aprender es la habilidad de reflexionar sobre uno mismo, gestionar el tiempo y la información eficazmente, colaborar con otros de forma constructiva, mantener la resiliencia y gestionar el aprendizaje y la carrera propios. Incluye la habilidad de hacer frente a la incertidumbre y la complejidad, aprender a aprender, contribuir al propio bienestar físico y emocional, conservar la salud física y mental, y ser capaz de llevar una vida saludable y orientada al futuro, expresar empatía y gestionar los conflictos en un contexto integrador y de apoyo. Un ejemplo de cómo abordar este desarrollo personal en relación con la competencia digital es entender por qué pasamos tanto tiempo enganchados a la pantalla: conocer cómo funcionan las técnicas de persuasión en aplicaciones y redes sociales y desarrollar las habilidades de auto-cuidado y gestión del tiempo, así como una actitud paciente.
- La competencia ciudadana es la habilidad de actuar como ciudadanos responsables y participar plenamente en la vida social y cívica, basándose en la comprensión de los conceptos y las estructuras sociales, económicos, jurídicos y políticos, así como la sostenibilidad y los acontecimientos mundiales. Un ejemplo de cómo abordar la competencia ciudadana junto a la competencia tecnológica es comprender que Internet no es una nube sino una infraestructura física que se encuentra en un determinado país, bajo una determinada legislación y eso tiene implicaciones geopolíticas así como impacto en nuestros derechos y libertades.
- La competencia en conciencia y expresión culturales implica comprender y respetar la forma en que las ideas y el significado se expresan de forma creativa y se comunican en las distintas culturas, así como a través de una serie de artes y otras manifestaciones culturales. Implica esforzarse por comprender, desarrollar y expresar las ideas propias y un sentido de pertenencia a la sociedad o de desempeñar una función en esta en distintas formas y contextos. Esta competencia en relación con la competencia digital nos permitirá la escucha de la conciencia, la empatía y solidaridad necesarias para frenar discursos de odio en las redes y cualquier forma de violencia online.
Para saber más acerca de qué es lo específico del conocimiento y las competencias en tecnología e ingeniería te recomendamos leer sobre la tecnología como conocimiento, que es un artículo de la serie 4 formas de entender la tecnología según la filosofía que permiten entender y discernir entre diferentes abordajes del currículo de educación en tecnologías.