Las personas somos seres sociales por naturaleza: necesitamos expresarnos, escuchar, compartir, relacionarnos. Las tecnologías de la información y la comunicación median precisamente en nuestras relaciones sociales y en nuestra manera de relacionarnos con el mundo. También median en nuestros pensamientos y emociones, pues somos sensibles al contenido y a la forma de la información que recibimos. De este modo, las tecnologías digitales tocan elementos clave de nuestra existencia.
Los niños no nacen sabiendo el impacto emocional que supone ver un determinado vídeo, o los valores que adoptas cuando te sumerges en un videojuego. Tampoco saben que tienen que dejar de usar la pantalla si se dan cuenta de que están perdiendo el tiempo. Por eso necesitan que tengamos nuestro propio criterio fundamentado sobre estos temas, que demos ejemplo y les ayudemos a pensar por sí mismos.
Una buena manera de empezar a hacer un uso crítico de estas tecnologías es conocer en qué consisten y cómo funcionan. Te proponemos empezar planteándote diversas preguntas acerca de las tecnologías que no requieren tanto de conocimientos técnicos avanzados como de tu propia capacidad para reflexionar y relacionar ideas. Para cada pregunta hemos desarrollado un breve artículo en esta web:
- ¿Por qué pasamos tanto tiempo conectados?
- ¿Dónde se guarda lo que subimos a las redes?
- ¿Las aplicaciones que usamos son realmente gratuitas?
- ¿Tener más tecnología nos hace mejores o más felices?
- ¿Qué formas de violencia online afectan a niños, niñas y adolescentes?
En educación no hay recetas. Así que no se trata de decirte lo que está bien y lo que está mal en tecnologías, para que repitas eso a tus hijos o a tus alumnos y a su vez se lo aprendan de memoria. Sabemos que así no cambiamos nada en realidad. Más bien pregúntate y busca tus propias respuestas. Procura que tu actuar sea coherente con lo que ahora sabes.
Aquí te mostramos un ejemplo, según nuestra propia reflexión. Puedes utilizar esta rúbrica para situarte y ver posibilidades de mejorar:
Éste y los demás artículos de la serie forman parte del texto original revisado de la guía para educar un uso crítico de las tecnologías en familia que hemos publicado junto a Save the Children con licencia Creative Commons.