En enero de 2014 iniciamos un grupo de trabajo para elaborar una Guía de alfabetización digital crítica que abordara 7 temas básicos de herramientas digitales. Más que la profundidad en la comprensión técnica de cada uno de ellos, buscábamos ampliar nuestra mirada incluyendo una introducción al contexto histórico y cultural, una pequeña inmersión en el ciclo económico-industrial que permite producir las tecnologías y una reflexión de base antropológica sobre su utilidad. Curiosamente, este proyecto lo iniciamos mediante encuentros, lecturas y reflexiones en el marco de una escuela de creatividad especializada en teatro social, la Sala Metáforas en Madrid.
En nuestra experiencia educativa en el proyecto Ondula, hemos incorporado diversas metodologías participativas, de desarrollo de pensamiento y creatividad a cursos y talleres sobre herramientas digitales, las llamadas TIC o Tecnologías de Información y Comunicación. En esta práctica hemos podido observar con sorpresa y alegría cómo los participantes se abrían y nos abrían a nuevos planteamientos, cómo crecía su curiosidad y se situaban en otro lugar respecto a las tecnologías: ya no como meros usuarios-espectadores, sino como personas inquietas, autónomas y cooperativas.
Al mismo tiempo nos hemos dado cuenta de que debíamos ordenar no sólo la metodología del aprendizaje en tecnologías informáticas, sino también el contenido. Encontrábamos recursos didácticos o documentales que con frecuencia incluían una visión enfocada únicamente en las funcionalidades técnicas. Echábamos en falta el contexto, las relaciones con otros factores sociales, económicos, antropológicos. De esta manera se satisfacía nuestra curiosidad inmediata pero no nuestra sensibilidad. En definitiva, estos recursos y lecturas nos interpelaban como usuarios o como programadores, pero no nos provocaban como personas.
También encontramos que debíamos hacer un esfuerzo por presentar dicha investigación en un lenguaje sencillo, pues la cantidad de términos especializados no hacía sino aumentar la brecha de comprensión para los usuarios de a pie. Así que éste es nuestro reto.
A nivel pedagógico, nuestro punto de partida es que creemos firmemente que todos tenemos derecho a saber. A comprender el mundo en que vivimos y a comprender nuestra propia naturaleza como seres humanos. A comprender el papel que jugamos e imaginar el papel que podríamos jugar. Y que si esta comprensión es amplia y logramos aterrizarla en nuestra vida cotidiana, eso nos conmueve y nos mueve a hacer un uso libre y responsable de las tecnologías: Imaginar. Descubrir. Transformar. Como decía el maestro Milani:
Todos tenemos derecho a saber, saber sirve para participar y hay que participar para construir un mundo más justo.
Aquí participar significa comprender el peso político que tienen todos los gestos de nuestra vida. ¿Acaso no utilizamos tecnologías como el móvil, el ordenador, la Web, el correo electrónico o las redes sociales prácticamente todos los días de nuestra vida?